Crónica

El lunes salí para Puno a las 10:00 de la mañana cargado de discos, cables, guitarra, y una mochila con ropa para una semana. Llegué al cementerio de donde se suponía que salían los buses para Desaguadero, pero... no! varios días antes se inició un bloqueo (justo a Desaguadero), y tuvimos que salir por Copacabana, pero antes... una marcha que cruzó por el cementerio, la Tumusla, y todo alrededor. El minibus dio retro, luego vuelta en U, luego rodeo una rotonda, regresó al lugar del que teníamos que salir, y volvió a dar vuelta, y así como quien juega. Llegué a Copacabana , luego a Casani, y por fin la frontera; crucé a Perú, llegué a Yunguyo y tuvimos que esperar un bus, después de todo esto, llegué a Puno a las 18:00 (hora peruana), luego de nueve horas de viaje, pero al fin en casa, o como en casa, porque mi hermano Maycol Castro me alojó. Esa noche un programa de tele, unas jarras de ron, charlar un rato, y todo perfecto para el concierto del viernes.

El martes llego a Arequipa sin grandes sorpresas, salvo que la persona que dijo que me podía alojar en su casa, tuvo un inconveniente, así que a buscar amigos; gracias a Pablo Fernández, conocí a Pablo Torres, quién me alojó y trató muy bien. Me contacté con Roberto Pachari, Marcos Obando, y Américo Martínez, para conocer los lugares de las presentaciones, hablar de la organización, y los detalles pendientes. Luego a comprar antibióticos para una enfermedad que exporté desde La Paz. Miércoles en radios y televisión, caminar por la ciudad, y enterarme que empatamos jugando de locales...

Jueves en la noche, primero en la Sala Melgar de la Universidad Nacional de San Agustín, un lugar muy lindo, imponente. Comenzaron un par de amigos con música instrumental para guitarra, luego Américo, y luego yo; hice unas cuantas canciones, y sentí que la gente se involucraba, que escuchaba, y esas cosas son difíciles de lograr con canciones nuevas para el público, eso fue muy reconfortante después de tanto viaje. Luego de seis canciones, cantó Marcos, letras llenas de nostalgia, y tristeza, me gustó mucho lo suyo, luego Roberto, quién me apoyó en la organziación del evento, y al final, volví para cantar unas cinco canciones. Luego comimos algo con unos amigos de la tropa cósmica arequipeña y nos fuimos todos para cantar en el café Zorbas, dónde estuvo más relajado, más informal, pero igual hubo mucha onda. Ya al terminar la noche, se animó Marcos y tocamos varios temas de Silvio, incluidos inéditos, en fin... una linda noche, al final de la cuál me fui a dormir para salir a Puno el viernes.

Llego a Puno, probamos sonido, comemos algo, y como para no extrañar Bolivia, una entrada universitaria con caporales, bandas, morenada, y todo lo demás; la tocada estuvo muy intensa emocionalmente, la gente allá ya conoce los temas, y los cantó; incluso me callé en algunas canciones para escucharlos, y fue algo impresionante; pude también cantar algunas inéditas que espero incluir en mi nuevo disco, a manera de ver la reacción de un público que ya ubica mi trabajo. El lugar tenía dos pisos así que me sentía como rodeado, pero no intimidado, sino con mucho cariño. Volví de un año a Puno y tuve que extrañar a algunos amigos que apoyaban a Maycol en la organización, pero seguimos adelante, y el concierto estuvo lleno de compenetración con la gente.

Ya de retorno continuaba el bloqueo a Desaguadero, así que fuimos por Copacabana, al minibus se le soltó una llanta en plena carretera y nos paramos media hora, luego de la cuál me despedí cortésmente del chofer, y tomé otra movilidad hasta La Paz que me cobró únicamente cinco veces el pasaje del minibus, todo como de costumbre, nada había cambiado en mi linda Bolivia.

A veces resulta tan duro mostrar lo que uno hace, y es difícil realizar los viajes por el peso de las cosas, por cuidar tu instrumento, tu salud, y seguridad, además la soledad, en fin... que uno llega al día del concierto jurando que no lo vuelve a hacer, y sin embargo, termina el concierto y uno se llena de energía, se siente pleno, tranquilo, feliz, rebasado, y quiere comenzar nuevamente, hacer canciones, grabar, etc, etc. Gracias a Maycol y a toda su familia, a Pedro "pañales", al compadre Bonilla, a Raúl y Fresia, a Paul Lazo, a la gente del Mama Ccota, a Pablo, a Anthony, a Roberto y su familia, a Américo, a Marcos, a Carlos Llosa, a Jorge Bedregal, a Enrique, y toda la gente que fue a los conciertos. Ya nos veremos nuevamente pronto, estoy seguro de ello, mientras tanto, un abrazo.

Sergio